Fiesta de San Jorge

·  La localidad oscense de apenas 300 habitantes vive revolucionada por la presencia de la sub-21 "Esta semana el trabajo es lo de menos", comenta un aficionado

Ayer fue 23 de abril. Y hoy también. Y al otro. Y sigan contando así hasta el viernes. Una semanita celebrando San Jorge de un lado para otro. Pero esta alteración ficticia del calendario no afecta a todo el mapa de Aragón, sólo ha contagiado a un pueblecito alzado a medio camino entre Zaragoza y Huesca. Su nombre esclarece parte del enredo: San Jorge. Y todo este alborozo porque allí es donde la selección sub- 21 ha instalado su campo de entrenamiento ante el partido contra Grecia.

La invasión roja ha alterado los biorritmos de una localidad que se ha visto revolucionada por un acontecimiento inusitado para sus 300 habitantes. "Esto es una fiesta para el pueblo. Esta semana el trabajo es lo de menos y Almudévar, donde está el colegio, parece que está demasiado lejos y los chavales no alcanzan a ir" , explicaba con sorna José Antonio Jiménez, vicepresidente del club local que ha cedido gratuitamente su cuidado campo de césped.

Chorizo y longaniza

Pocos de los lugareños faltaron ayer al entrenamiento de la mañana. Como si se pasara lista. La cita era a las 10.30, pero algunos fueron más madrugadores. E iban bien pertrechados. Consistente almuerzo de bocadillos de chorizo y longaniza de la tierra para amenizar la espera. En eso llegaron los futbolistas. Fernando Torres, Corona, Reyes, Víctor Valdés, Rubén, Miñambres... uno a uno desfilaban los aprendices de estrella. Una colección válida para todos los gustos. "El mejor es Valdés, porque es del Barça" , opinaba la culé Conchita Mallada. "Porque no ha venido Portillo" , espetó el madridista Francisco Mallada. "¿Y Cani? Tenía que estar aquí" , se interpuso José Antonio.

En esto se presentó un contratiempo. Arzu se había olvidado las botas. No hay problema, porque Jorge Puyuelo, jugador del San Jorge de Primera Regional, calza el mismo número y no le importó prestarle las suyas. "Pero si quiere se las vendo" , saltó el joven de 20 años. Pero para anécdota la que guardará para siempre Fernando Oliván. El lunes, en el recibimiento de la sub-21, se puso bajo los palos ante dos pistoleros de Primera: Reyes y Del Horno. "Les dije que era portero, así que me propusieron tirarme unos pelotazos" , relata Oliván. "Pero no olió ni una" , le reprocha su amigo Jorge.

Cazautógrafos